YUCATÁN: ENTRE LA CALMA APARENTE Y LA CRECIENTE SOMBRA DEL NARCOTRÁFICO. Por: Adrian Olivos Nava.
Yucatán, es históricamente reconocido como uno de los estados más seguros de la República Méxicana, hoy en día enfrenta una creciente amenaza que, si bien se ha mantenido en gran medida fuera de los reflectores mediáticos por conveniencia política gracias a los pagos masivos a dichos medios de comunicación. En comparación con otras regiones del país, representa un desafío cada vez más palpable: el narcotráfico. Lejos de ser un fenómeno reciente, la incursión y consolidación de la venta de drogas y la presencia de cárteles en la entidad es un proceso con un historial discreto pero persistente, cuya evolución merece ser analizada para comprender la realidad actual que todo gobierno se empeña en esconder y callar.
De Corredor de Tránsito a Punto de Consumo y Microtráfico
Durante décadas, la península de Yucatán, por su privilegiada ubicación geográfica y sus extensas costas, fue vista principalmente como un corredor estratégico para el trasiego de drogas desde Sudamérica hacia los Estados Unidos. Las grandes cargas de estupefacientes, principalmente cocaína, pasaban por el territorio con poca o nula afectación directa a la vida cotidiana de los yucatecos. Bastantes policías ratifican y comentaron como el tráfico de drogas era y sigue siendo muy latente en la entidad yucateca esos mandos policíacos que por años han apoyado el trasiego de drogas por las carreteras del estado a cambio de un pago significativo para permitir la entrada de dichas sustancias ilícitas.
La violencia asociada al crimen organizado parecía ajena a las calles de Mérida y sus municipios.
Sin embargo, en los últimos años, esta dinámica ha experimentado una transformación preocupante. Yucatán ha dejado de ser solo un punto de paso para convertirse, también, en un importante centro de consumo y microtráfico. La demanda interna de drogas, especialmente de sustancias como la marihuana, la cocaína en diversas presentaciones (incluyendo el "crack") y, de manera alarmante, la metanfetamina ("cristal"), ha impulsado el establecimiento de redes de distribución a nivel local. Es en este contexto donde los "puntos de venta" clandestinos, que como comunicador he venido exhibiendo, se multiplican en las colonias y en los municipios, alterando el tejido social.
La Discreta Presencia de Cárteles y sus Modus Operandi Si bien Yucatán no ha sido escenario de los enfrentamientos abiertos y la violencia extrema que caracterizan la "guerra contra el narcotráfico" como en otras partes de México, es ingenuo pensar que el crimen organizado no ha echado raíces. Las autoridades y diversas investigaciones periodísticas han señalado la presencia, aunque sea de forma discreta y en ocasiones "franquiciada", de células vinculadas a cárteles de la droga con operación nacional e internacional. Aunque la información detallada sobre los cárteles específicos con presencia activa y constante en Yucatán es a menudo reservada por razones de seguridad e investigación, se ha vinculado al estado con organizaciones como el Cártel de Sinaloa y, en menor medida, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), así como remanentes de otras estructuras criminales que buscan controlar las rutas y el mercado local.
Su modus operandi en Yucatán tiende a ser menos confrontativo en la esfera pública que en otros estados.
La labor que realizo al exhibir estos puntos clandestinos es crucial. Y reconozco que rompe con el velo de "aparente calma" que a veces se intenta mantener y visibiliza un problema que, de no atenderse, puede socavar la paz y seguridad que tanto valoran los yucatecos. La pasividad o la negación solo benefician a las redes criminales. Esto que hago para la sociedad yucateca, es fundamental y hay que entender que la seguridad no es un estado estático, sino un esfuerzo constante. La venta de droga en las colonias, la discreta pero real presencia de cárteles y la silenciosa escalada del consumo son signos de una batalla que se libra, a menudo, lejos de los titulares más escandalosos, pero con un impacto directo en la vida de miles de familias.
Mi trabajo como comunicador social es vital para mantener a la ciudadanía informada, consciente y, en última instancia, empoderada para exigir y participar en soluciones que permitan a Yucatán mantener su esencia de tranquilidad, pero con una mirada crítica y proactiva frente a las amenazas que lo acechan. Por ejemplo, los decomisos recientes de droga, las detenciones relevantes que han habido, sobre el aumento del consumo en ciertos grupos. Concluyó con un llamado a la acción y la reflexion, es una Invitación a la sociedad yucateca para involucrarse o a ser consciente de la situación fomentando la denunciá.
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