#EnPortada | VILA Y RENAN PROSTITUYEN YUCATÁN
Muchos en Yucatán pensaron que todo mejoraría con la actual administración, pero la realidad es que todo está empeorando: la destrucción de nuestro Estado comenzó con Rolando Zapata Bello y se aceleró con Mauricio Vila Dosal.
Ahora, los yucatecos están perdiendo lo más sagrado que tenían y lo que atraía a tanta gente que es (o era) su calidad de vida y la oportunidad de heredarles un techo a sus hijos.
Desafortunadamente, la avaricia de los gobiernos ha dado paso para que los desarrollos inmobiliarios acaben con miles de hectáreas en Yucatán, arrasando no solo con la selva sino también con la calidad de vida que caracterizaba al Estado.
Lo podemos ver en el aumento del tránsito vehicular, encarecimiento de la propiedad, y hasta la disminución de presión del suministro de agua en algunas zonas. Pero eso no lo ponen en su publicidad, por lo que mucha gente nacional y extranjera está comprando las propiedades.
Basta mirar los fraccionamientos donde la mayoría de las casas se han vuelto oficinas de empresas de otras partes de la Republica, dejando a los vecinos hasta sin espacios para que sus familiares o hijos los puedan visitar pues ocupan toda la calle con sus vehículos, camiones, pick ups, motocicletas, etcétera.
A la par del aumento comercial y catastral, la mancha urbana ha crecido desmedidamente tanto en el interior del Estado como en la capital. Prueba de ello es el terrible tráfico que ya existe, el periférico ya no se da abasto y no se digan los puentes y retornos, llegar a tu destino son casi horas.
A cualquier hora y en todos los lugares ya es imposible desplazarse con tranquilidad, ya se debe modificar los horarios de salida del hogar para llegar relativamente a tiempo.
Mientras tanto, el Gobierno del Estado continúa promocionando Yucatán, a través de la secretaria de Turismo, Michelle Fridman, quien recurre a influencers de otros estados de la República para hablar de una tierra que les es ajena, con discursos clasistas y excluyentes.
¿Y los resultados? Las tierras, carísimas, solo para extranjeros o personas de otros estados de la República. Es un saqueo a Yucatán con el visto bueno del gobierno, ya sea estatal o municipal.
De igual forma, es triste ver como el Ayuntamiento de Mérida, bajo la administración de Renán Barrera Concha, concede permisos de construcción que violan flagrantemente la normativa cuyo cumplimiento debería vigilar celosamente.
Es realmente preocupante ver cómo están acabando con la selva, cómo están construyendo en miles de lugares, casas, privadas y centros comerciales (locales para renta). Que tristeza de verás, ya que no solo los yucatecos, sino que la fauna y la flora también están sufriendo las consecuencias.
De este modo, ahora son más frecuentes, en algunas zonas, la visita de serpientes de todo tipo, sapos, ranas y zarigüeyas que no buscan a dónde ir porque su hábitat se ha destruido para construcciones. Asimismo, cada vez son más las quejas de personas sobre la destrucción de las áreas verdes y los arboricidios.
Pues gracias a los permisos indiscriminados, los vecinos miran con impotencia cómo lugares donde antes había árboles, llenos de pájaros cantando entre sus hojas, ahora son devastados para construir edificios verticales que no permiten ni apreciar el cielo. ¿Qué ven ahora? Paredes, muros… los pájaros se fueron para no volver.
Los problemas que se verán a futuro con todos esos desarrollos serán muchos, entre ellos: cortes en el suministro de energía eléctrica por sobredemanda ante el crecimiento desmedido de la población, más contaminación del subsuelo, de basura por el mal manejo y pésimo servicio de recolección en muchos lados y desabasto de agua, por citar algunos de esos problemas, pero es el precio que se paga cuando el desarrollo de las comunidades no se planea y sólo se ven los intereses de por medio.
Una de las riquezas más importantes que tiene Yucatán es precisamente esa naturaleza que tanto el gobierno estatal como el municipal están acabando. No es necesario ser experto en el tema para darse cuenta que el camino tomado en políticas públicas no es el correcto. Basta simplemente ver como crecieron CDMX, Monterrey y Guadalajara, sin control alguno, sin orden, con leyes que nadie hacía valer, con gobernantes sin amor a su terruño que vieran más allá de sus intereses personales.
Ahora, hasta la gente que vino de fuera desde hace años ve con alarma lo que sucede. Personas que se mudaron a Mérida por la tranquilidad, están horrorizadas con todos los proyectos enormes, el aumento de coches y la disminución de áreas verdes.
En épocas pasadas, la gente venía precisamente por el sabor y la amabilidad de la gente. Hoy eso ya no importa, Vila y Renán han prostituido Mérida y todo el Estado. La gente que llega ya no le importa eso, viven en sus guetos amurallados -cuando se quedan-, pues gran parte viene a invertir. Solo a eso.
Entre la mafia inmobiliaria y este gobierno que hace negocios con las tierras, Yucatán va rumbo al colapso; un colapso que si no se detiene, provocará un futuro muy difícil. Esperemos que las autoridades vislumbren este problema y comiencen a buscar soluciones.
¡No más venta indiscriminada de tierras en Yucatán!
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